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El error de asociar las agujetas con un buen entrenamiento
15 marzo, 2017
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Mucha gente cree que las conocidas “agujetas” o dolor muscular de aparición tardía, son un síntoma del trabajo bien hecho, pero no siempre es así, y es que las agujetas no tienen por qué aparecer después de cada sesión de entrenamiento.

Antes de nada es importante saber cómo funcionan las agujetas, y es que no siempre van unidas al buen entrenamiento.

Existen muchas variables que hacen que las agujetas no aparezcan, y es que la alimentación, la forma de entrenar y el estado de forma son la principal forma de evitar las temidas agujetas.

 

Muchos creen que tener agujetas son señal del trabajo bien hecho, incluso hay quienes cuando no las sufren se preocupan por no haber entrenado correctamente.

 

Esto no es para nada cierto, ya que las agujetas son microlesiones que sufrimos en las fibras musculares y que al cristalizar el ácido láctico que éstas sueltan hace que nos molesten e incluso nos causen dolor.

Normalmente las personas que adquirimos una forma física importante dejamos de sufrir poco a poco agujetas o las sufrimos de forma leve, ya que el deporte es el principal remedio para acabar con ellas, y la constante práctica de ejercicio hace que nuestros músculos se adapten al esfuerzo y dejen de verse tan afectados.

Lo mismo sucede con los estiramientos, que son la mejor forma de comenzar la recuperación muscular tras el entrenamiento. Los estiramientos consiguen que las fibras musculares se relajen y pierdan parte de la tensión que se genera a la hora de entrenar. De esta manera las fibras se destensan y los músculos se relajan más rápido evitando roturas tras el ejercicio.

Un buen estiramiento puede prevenir en gran medida los dolores provocados por las agujetas.

La alimentación correcta también juega un papel importante. Y no es que el antídoto para las agujetas sea beber agua con azúcar y limón, pues simplemente lo que nos brinda es hidratación. Lo necesario para evitar las agujetas es alimentar correctamente los músculos para que se recuperen cuanto antes. Por este motivo debemos dotarlos de nutrientes óptimos como las proteínas, principal alimento de las fibras, y de la que se obtienen los aminoácidos entre los que destaca la creatina, recuperador de las fibras musculares.

En la mayoría de los casos todos los que asistimos al gimnasio a entrenar solemos seguir esta serie de puntos, por lo que las agujetas apenas hacen acto de presencia, lo que no significa que no trabajemos adecuadamente. Simplemente tenemos que tener claro que padecer agujetas no es sinónimo de un buen entrenamiento. Aunque sí que es cierto que en épocas de crecimiento muscular en las que aumentamos la intensidad del ejercicio las agujetas hacen acto de presencia, ya que queremos adoptar una forma física superior a la actual. Pero se solucionan siguiendo con el entrenamiento y llevando a cabo los puntos que hemos mencionado anteriormente.